EL FANTASMA

martes, 14 de junio de 2011

EL FANTASMA

¡Era impresionante!
Era como si cuando pisabas esas calles cada historia entraba en tu vida…
La historia de Juan, la de Pedro, la de Miguel…
Yo solo pasaba y veía como iban y venían los Brasilias, a lo mejor con las mismas historias.
Yo solo cruzaba y, sin embargo, sabía lo que sucedía en aquel lugar, conocía cada una de las historias, incluso hacia parte de muchas de ellas pero en el tiempo en que las cosas empezaban a cambiar.
Muchos me decían que mi lugar fue importante pero no, la importancia estaba en la actitud que llegaban a tener las personas para cambiar las cosas.

Alguien me contó un día: “di las primeras pisadas, de repente, miles de imágenes me venían a la mente”. 

Era como si un fantasma se apoderaba de quienes pisaban eses lugares.

… y fue cuando comprendí porque la manía mía de querer contar la historia de ese modo: sin saber si era hoy o el ayer que nunca existió.  Fui comprendiendo muchas cosas: el anciano, la cometa… todo… pero con preguntas sin responder.

Para ese entonces solía frecuentar el lugar… y por una extraña sensación que sabía, me hacia recordarte. 

Me gustaba respirar como una forma de aspirar lo que traían los recuerdos.  A veces creía que con un suspiro te traería de vuelta… las personas me habían enseñado a creer en los fantasmas y esa era una manera de invocarte.

Una vez suspire y te traje de vuelta, entonces estuvimos juntos en la tienda de la esquina que tanto mal recuerdo me deja ahora.

Entonces sin estar en los lugares, llegaba a las partes donde más quería: tu cuerpo se volvió mi lugar favorito… fue entonces cuando entendí quien era mi fantasma.

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